26.2.12

Inconexo pero no tanto

Me escribió Vera, una chica que se declara "fiel seguidora" de mis blogs y de leerme. El blog que más le gustó fue Madera Noruega, dijo. Quería que le recomiende puntos del DF que no se pueden dejar de conocer.
Me hizo pensar bastante. ¿En qué años escribía Madera Noruega? Creo que como hace diez, o casi. Me parece hermosa esta forma de comunicación, medio consciente medio inconsciente. Que haya gente a la que le haga bien en algún punto es emocionante y es un intercambio, porque a mí me hace bien escribir.

Entonces, creo que voy a hacer alguna movida amorosa-poética-literaria, como cuando hace dos años y pico mandé un cuento por carta a 50 personas que me lo pidieron por el blog. Fueron cartas a muchas provincias argentinas, y a Uruguay, España, México, Bélgica... Hubo repercusiones de todo tipo. Gente que se había olvidado que pidió el cuento y cuando leyó la carta creyó que era una carta real, gente que me respondió (le respondió al protagonista del cuento-autor de la carta) por ese motivo pidiendo más información, gente que de casualidad tenía el mismo apellido del supuesto emisor y confundieron cuestiones familiares, gente que rompió la carta en pedazos después de leerla ante discusiones, gente que siguió el juego y le respondió la carta al autor...

En fin, la acción. Últimamente estoy con esa especie de obsesión que me dice que el hablar no importa. O al menos no importa si el discurso no va acompañado de acciones coherentes. Entonces, ando bastante callada. Pensaba recién, por ejemplo, si no es mejor no poner "creo que voy a hacer alguna movida..." y directamente hacerla y ahí sí, anunciarla, porque no está bueno andar por la vida hablando de algo y después hacer otra cosa. No puse nada de Spinetta, pero eso me conmovía del flaco, la coherencia. Decir hacer tiene que ser hacer, cantar tiene que ser música, cantar sobre el amor tiene que ser amar, así que vamos a seguir cantando a Spinetta y amando, empezando por uno mismo (no desde la inseguridad de amar el ego y creerse muy capo sino desde más allá).

También terminé de leer un libro, interesante, de gestalt y zen. Explica entre otras cosas que uno tiene miedo de  sumergirse en lo nuevo porque teme perder la identidad. Por eso, muchos elegimos quedarnos con lo de siempre, que no representa mayores riesgos y nos reconfirma constantemente en la vida que tenemos. Nadie se muere por renunciar al trabajo, irse a vivir a otro lado, cambiar de pareja o destrozar la rutina, pero da miedo. Entonces, después te echan del trabajo, te ves obligado a mudarte o te deja tu novio y a raíz de eso te pasa lo mejor de tu vida, lo que no tenías el valor de hacer solo. Dedicarte a lo que te gusta, vivir en otro lugar, conocer a alguien que te haga cambiar, volverte mejor persona a partir de exponerse.
Me dije "bueno, este año tengo que hacer una de esas cosas que me gustaría que pase, sin esperar a que pase sola o a partir de un problema que estalle". Qué hermosura, saltos al vacío.

Gracias a Vera por leerme. Ya debe estar en México brindando con cerveza, tequila o mezcal.

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