17.7.14

Punk y amor*




Mucha gente me jode con que soy hippie. Porque soy tranquila, porque medito, porque algunos de mis poemas son un poco cursis... Pero yo coincido con Penny Rimbaud, creo que tener espíritu punk no tiene que ver con romper todo o creer que no hay futuro; tiene que ver con no ceder ante un sistema que dio sobradas muestras de no servir a la libertad individual ni colectiva de las personas y mucho menos a la equidad social.

No veo casual que Penny -baterista de Crass, banda anarcopunk por excelencia-, haya elegido contar la historia de "un hippie", Wally Hope. Las diferencias nos enriquecen y todos somos iguales, él no fue más que otra víctima de las que aparecen todo el tiempo en el mundo (no así en los diarios) por allá y por acá.
El último de los hippies**, publicado por primera vez en 1982, cuenta la historia de un joven inglés que hizo un festival de música en tierras de la reina sin autorización y fue asesinado por el Estado a base de internaciones psiquiátricas injustificadas. El último de los hippies podría ser Mariano Ferreyra, Luciano Arruga o Florencia Cuellar, una chica que venía al taller de Escritura y Periodismo de Yo No Fui en la Unidad IV de Ezeiza y fue asesinada con total facilidad, en un contexto de control absoluto en el que se supone que el Estado garantiza la seguridad de las mujeres privadas de libertad ahí adentro. El último de los hippies también son los internos del Borda y las internas del Moyano, la gente que vive en la calle y vemos sin hacer nada todos los días y todos nosotros, muertos un poquito cada día de indiferencia pero resucitados al entrar en contacto con libros como este o bandas como Crass.

Depende de nosotros alimentar el cambio. Mi viejo suele decirme "la revolución no nos dio resultado, ahora nos queda la evolución". A mi modo de ver, eso es ser pacifista, decir no a la violencia, dar servicio, involucrarse, ver al otro como a uno mismo. Si todos somos Wally y todos somos Penny, es imposible que se extingan este tipo de personas que mejoran el mundo y, de hecho, se van a multiplicar.
En el prólogo del libro, Pat dice que ella encontró en el punk su forma de decir No. Y creo que ella está lejos de ser decir No por deporte; todo No implica un Sí a otra cosa, que ella sostuvo con acción y palabra... Sí a ser vegetariana, a educarnos con su música y sus fanzines, a tocar en los festivales en la cárcel y en toda movida justa, a editar libros como este que nos abren los ojos, la mente y el corazón.
Doy gracias a Wally, a Penny y a Pat por su coherencia y sus acciones y por este libro, y elijo una cita de tan necesaria obra para terminar:

"No hay futuro salvo el propio. Tú y yo, que amamos este planeta Tierra, somos sus legítimxs herederxs. No hay autoridad salvo la propia. Es hora de jugarse y reclamar".

El amor es todo o no es amor en absoluto. Amén.


*Boceto escrito para la presentación de El último de los hippies, junio 2014. Al final, machete en mano, dije algunas cosas e improvisé otras.
**El último de los hippies fue editado en Argentina recientemente por Tren en movimiento, Alcohol y fotocopoas y Madre Selva. Pueden contactarse con Pat Combat Rocker vía Facebook para conseguir uno.

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