Cosas MUY emocionantes me pasaron estos días

Uno) Ver a Pavement en vivo.

Dos) Leer "Una idea genial" de Inés Acevedo.

Tanto el recital como el libro me hicieron sentir que la vida es absolutamente maravillosa y sencilla. Y ojo, eso es algo bastante habitual en mí: si como un chocolate, me dan un vaso de cerveza fría en el momento indicado, tengo sexo con alguien o me copo con una canción y la escucho quinientas veces seguidas siento lo mismo; pero esto fue a otro nivel. 

¿En qué nivel ocurrieron el recital y la lectura del libro? En uno que les recomiendo profundamente experimentar. Ver a Pavement por ahora quizá no tengan chance, pero el libro pueden comprarlo o pedirlo prestado o bien leerlo en una librería (yo creo que con unas dos o tres visitas a una librería lo terminan) y van a darse cuenta de qué hablo, o no, depende el grado de similitud en la sensibilidad y los intereses. A mí me encantó. Es divertido, profundo y muy sincero (autobiográfico). La sinceridad es todo en la vida. 

Siempre estoy citando a Arlt con eso de que en el peor minuto de su vida uno tiene que preguntarse "¿Soy sincero conmigo mismo? Y si el corazón le dice que sí, y tiene que tirarse a un pozo, tírese con confianza. Siendo sincero no se va a matar". Medio que ese es uno de mis mandamientos personales y me parece que eso se refleja en ese libro, por eso es tan ameno a pesar de los problemas que se le presentan a la autora/protagonista.
Últimamente pienso mucho en que a uno puede pasarle absolutamente cualquier cosa: una enfermedad, un desengaño amoroso, la muerte de alguien cercano, lo que sea. Y siempre, ante cualquier obstáculo, la decisión de estar Bien o Mal la tiene uno mismo, ahí en la mano. Tomar consciencia de eso, o mejor dicho asumirlo, es difícil, porque ahí no quedan excusas y no se le puede echar la culpa a nadie del estado de ánimo. Y estar mal a veces es necesario, porque es parte del equilibrio de las cosas, pero no más que eso. Seguro lo atravesamos todos.
El libro muestra ese proceso de cómo se superan los inconvenientes hasta entender la dinámica de los días y salir adelante. Sincronizada ando, y cayó en mis manos en un hermoso momento, igual que el recital. O igual que Éramos unos niños, el libro de Patti Smith que leí el mes pasado. 

Todo eso me llenó de arte, de magia y de certezas. Son hechos que tomo como guiños para reafirmar que estoy en buen camino. Por estas épocas tengo esa sensación constante y la aprecio mucho. Hoy por ejemplo, mientras colgaba la ropa, a las diez de la noche en el patio sin luz, tratando de adivinar dónde estaban los broches, pensé en la cantidad de gente importante que conocí este año. La cifra creo que supera las diez personas, y hablo de personas importantes en serio, que me aportan muchísimos conocimientos, amor y alegría. Volví a sentir lo mismo: que si merecí cruzarme con esa gente es porque estoy en buen camino, y además me pareció un número enorme. Encontré los broches y pude tender perfectamente la ropa mientras pensaba en todo lo que me da esa gente que entró en mi vida y sonreí recordando momentos que, encima, sé que van a repetirse. Fue uno de Esos momentos. Cuando terminé de colgar la ropa entré a cenar, sintiéndome muy afortunada y agradecida.