No crean que esto es muy autobiográfico

Fui a hacer una nota a Villa La Angostura; un viaje de unos días plagados de platos con trucha y turismo aventura. Me divertí mucho, y también tuve mis momentos de melancolía. La última tarde, sobremesa mediante de un asado en lo alto de un cerro, mirando el lago, pensaba qué hago yendo todos los días a trabajar en el colectivo, inmersa en el sistema. Sin embargo, pocas horas de sueño después de haber vuelto, fui al taller de poesía y al trabajo y ahora me voy a cenar con amigos, y todo eso me hace realmente feliz. Con sus idas y vueltas me encanta mi trabajo, y estoy rodeada de gente increíble por todos lados. Me gusta la ciudad, escribir, poder ir a recitales o salir a buscar un kiosco a cualquier hora caminando. Todo tiene sus pro y sus contra, por supuesto. 

Cuestión que estoy muy alegre, en una etapa en la que voy creciendo tanto como me reafirmo en mis cuestiones. Sé lo que quiero, y tengo en marcha proyectos preciosos de todo tipo y color (ya se enterarán de algunos). Dicen que últimamente dejé de escribir sobre asuntos puramente anecdóticos para darle paso a búsquedas más universales. Son etapas nomás; ahora me siento cómoda preguntándome cosas que trato de responderme mediante la poesía y eso me llena de tal forma que hay días en los que después de compartir textos con las chicas noto que voy de Once Sur hasta el trabajo en el colectivo sonriendo, maravillada con las revelaciones que me regaló el mediodía. 

Nunca me pasó eso de no saber qué quiero o tener que hacerme test vocacionales. Siempre estuve segura desde que tengo uso de razón de que la palabra es lo que me hace falta, y eso me conmueve, como me conmueve haber dejado de ser la chica que era hace apenas un año. Me siento fuerte, llena de ganas de hacer cosas y segura. No sé si eso es la felicidad, pero creo que se parece bastante. Lo de siempre: tomar unos mates, bailar, escribir, cenar con gente preciosa, charlar hasta que las velas no ardan, ser mejor cada día, respetar a todos y dar amor. Tener a mis personas favoritas constantemente en mi bandeja de entrada, en el teléfono, en la calle, en los bares, llevándome a tomar unas copas o una merienda. Saber que la tristeza es necesaria y no regodearse en ella demasiado, sólo lo suficiente como para extirparla y pasar a otra cosa más linda. Hacer ejercicio. Estar conectado con uno y con el contexto. Tener la necesidad de despojarse, de regalar, de compatir un vino, chocolates, libros y sobre todo momentos.

El aburrimiento me parece un signo de desolación interna, así como la casa terriblemente desordenada. Le decía hoy a las chicas que medí así mi malestar a ver cómo iban las cosas, y alegría: en ningún momento de estos últimos tiempos la casita hermosa que me alberga llegó a estar muy sucia ni muy caótica. Por el contrario, me puse a cuidar las plantas y a llenar todo de detalles cálidos. Y en ningún momento dejé de salir. Antes era mucho más ermitaña, y creo que es la primera vez que cuando me aquejó un problema en vez de encerrarme llamé a la gente que adoro y le dije: vamos a cenar, vamos a tomar, vamos a salir, vamos a brindar que es el día de los muertos, vamos a brindar que me voy de viaje, vamos a brindar que hay mil cosas que festejar.
Tengo ganas de todo y no estoy buscando nada. Estoy en constante mutación y, como dice Café Tacvba, "mesúpernovoconrapidez". Estaba pensando que es difícil escribir sobre la felicidad; a veces sentirse bien suena evangelista o forzado, pero la verdad hoy tenía ganas de escribir esto antes de encarar el fin de semana, que se viene lleno de actividades. El otro día en Villa La Angostura miré los mails y había uno de una chica, Mercedes. Me decía algo así como "hola ceci, vos no me conocés y te digo ceci;  y es que leí tus tres blogs y me acompañás mucho"... me escribió para pedirme un fanzine. Me llenó de felicidad, mucho. Todavía no le respondí pero ahora que volví lo haré tranquila el fin de semana. No sé. Para mí acompañar a alguien con esto supera todas mis expectativas y me emociona. Estoy agradecida y seguimos en marcha. La verdad soy una cursi. Los amo a todos.