15.3.15

El sabor del té

-Hola Gabriela, soy Cecilia. Te llamo porque preciso urgente saber cuándo va a venir un electricista. Entró todo en corto por la filtración y estoy sin luz, tengo que saber con tiempo cuándo van a venir para organizarme con el trabajo y ver cómo hago. Gracias.

Lo dije con la mayor amabilidad posible pero reconociendo para dentro en mi voz un dejo inmanejable de ira, corté y casi me puse a llorar. No pasa nada grave. Se corta la luz, llueve por el techo, se me rompe un arreglo en la muela, a 15 del mes no cobré el sueldo, entre otros contratiempos que no quiero mencionar. Estoy rodeada de gente con problemas mucho peores que estos, siempre hay alguien mejor y alguien peor.
Ayer fui a una clase y el profesor contó que China es como un acordeón de accidentes geográficos formados por un impacto. Dijo que en la época en que nació el chi kung (un arte marcial interna) eran todas aldeas aisladas por montañas. La gente estaba incomunicada, tenía que cosechar para vivir lo que podía y aprender a percibir las acciones de la naturaleza. Las nieves eternas en los picos de las montañas podían provocar un día una cascada del agua más pura y otro día un alud. Así que los chinos se volvieron rudos y sabios, entendieron que como la naturaleza se impone hay que aprender a percibirla, y aprendieron a moverse, para esquivar o para seguir. Ya no tenés más casa, hay que seguir. Murió toda tu familia por una inundación y hay que seguir, si se puede enterrarlos y seguir y si ni siquiera eso, orar y seguir.
Como es adentro es afuera, todo eso que veían en la naturaleza empezaron a comprenderlo por dentro y hallaron paisajes internos, saben que es terapéutico "Pasear por el jardín de los cerezos" o "Cruzar bambúes abriendo el atajo", tales son dos nombres precisos de ejercicios dinámicos. ¿Qué ejercicios habría en esta cotidianidad moderna? "Llamar a administración un domingo", "Cruzar la avenida esquivando bondis". Pero también "Mirar las estrellas desde el patio" y "andar en bicicleta recibiendo la brisa".
Me gusta pensar que Lou Reed falleció "mientras miraba a los árboles y hacía las 21 formas famosas de Tai Chi con sus manos de músico moviéndose a través del aire", tal confesó a los medios su esposa Laurie Anderson. Una mezcla de occidente y oriente encarnada en un hombre hermoso y lleno de talento. Y me gusta no haber llorado después de dejar un mensaje en un contestador, un domingo solitario sin luz y con el techo mojado. En lugar de eso, preparé té y me puse a escribir.

Miren esto :)

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