Además, mi familia me regaló una caja con 30 regalos. De todo un poco, cositas preciosas, elegidas por uno y otro, todo envuelto a lunares, todo muy Celcius. Y bueno, ese detalle es lo que me emocionó, no haber recibido una enorme cantidad de regalos que la verdad no esperaba, sino que cada uno de los regalos que me hicieron mi familia y mis amigos mostraron un grado de conocimiento de mi persona que me fascina. No cambiaría absolutamente nada de lo que eligieron, todo me encanta y me recuerda a cada persona que me lo regaló, lo que comparto con cada uno y el lugar que ocupan en mi vida. Estoy realmente feliz por la cantidad de relaciones que coseché a lo largo de estas tres décadas. Y mientras eso se mantenga así, tengo todo.
Y como conclusión, creo que los 30 deben estar alucinantes porque nunca tuve una seguidilla de festejos cumpleañeros tan genial como la de este año. Es un gran momento para hacer cosas buenas, dejarse caer, no desear nada para tenerlo todo y compartir. Gracias a cada uno y a todos.
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