18.7.11

Fiebre de paraguayos por la noche

El sábado a la noche, mientras jugaba Argentina me fui hacia Constitución. Me fui en taxi, con una botella de vino en una bolsa, unos chocolates y un par de regalos en la cartera. Me fui hacia allá, porque una nueva amiga paraguaya estaba acá de vacaciones y organizó una cena.
Nunca en mi vida había estado tan rodeada de paraguayos (contando a la hija de la anfitriona, Adri, que se fue a dormir temprano, eran 7 paraguayos, más una estadounidense, más una argentina que vendría a ser yo). Es una situación que no tiene nada de extraordinaria quizás, pero también es cierto que yo tengo una tendencia a ver la vida de una forma extraordinaria para pasarla mejor, y me pareció genial la situación, porque hace un mes no se me hubiera ocurrido que ahora iba a tener una amiga paraguaya (que además vive en Paraguay y no acá), y menos que la iba a conocer en Brasil (y menos que iba a ir a cubrir la Parada Gay de San Pablo), y menos que dos semanas más tarde iba a estar cenando con ella en Constitución, y con otros paraguayos más y una chica de Chicago que no tenía acento yanki al hablar español. Pero así es la vida, y eso es lo copado, y así empezó la noche de sábado, comiendo chipá sabor pizza mientras Argentina perdía por penales contra Uruguay y los paraguayos arreglaban reunirse para ver el partido de su selección al día siguiente. (Los paraguayos debatieron el hecho de que yo pronunciara "chipá" con acento en la a y ellos pronuncien "chipa" profundizando en la i, y uno decía que en guaraní es "chipá" y otro decía que no.)
Según mi percepción, la velada fue memorable. Conozco la idiosincrasia porteña y creo conocer bastante -por ejemplo- la mexicana, pero el sábado a la noche me di cuenta que no conozco la idiosincrasia paraguaya. Para nada. Entonces, no pude determinar si todos los paraguayos son como estos que conocí el otro día, o si estos paraguayos tenían rasgos particulares que los llevaron a unirse para conformar una Secta Paraguaya de Gente Que Resulta Lindo Conocer. Eran paraguayos muy graciosos, con una gracia inteligente y encantadora.
Yo, como en muchas ocasiones, me dediqué básicamente a deleitarme observando y escuchando. Había dos paraguayos que sabían mucho de sistemas, tecnología, internet y todo eso, y la charla derivó en preguntas existenciales como si existe en algún lugar un disco rígido que guarda toda la información de internet del mundo, y con qué nivel de profundidad usan toda nuestra información quienes acceden a ella. Las preguntas las hacía un paraguayo que se dedica al stand up y las respondían los expertos. El paraguayo que hace stand up tenía una forma de expresarse genial y extrovertida que me hizo reír mucho y me dieron ganas de ir a verlo al teatro. Había también una chica paraguaya, actriz en una obra de Muscari, que hacía las cosas con tranquilidad de diva, pero sin resultar pedante; era una paraguaya colgada, linda y simpática, a la que resultaba grato observar. Y había también otro paraguayo actor, que estuvo muy callado toda la noche pero se reía y parecía muy sensible. Me gustó que dijo algo así como que se dedicaba a sistemas pero sintió la necesidad de expresarse de otra forma (como actuando o escribiendo), porque haciendo sólo sistemas se sentía como incomunicado o hablando otro idioma. También había un paraguayo medio argentino al que se le notaba que es un poco argentino, y tenía un humor diferente al paraguayo que hace stand up. También un paraguayo anfitrión que parecía saber mucho de todo y, lo que es mejor, explicaba bien todo. Y una paraguaya anfitriona, que es tranquilísima, muy curiosa de todo y risueña, y tuvo la gentileza de invitarme a darme una sobredosis de paraguayos.
Cada uno contó a qué se dedica y hace cuánto está acá (en mi caso sólo a qué me dedico y cómo conocí a Adri), como si fuese el primer día de clases. Fue un sábado atípico y me di cuenta que resulta llamativo ir un lunes por la vida respondiendo "fui a cenar con 6 paraguayos" cuando le preguntan a una qué hizo el fin de semana. En Paraguay a lo mejor alguien cenó con 6 argentinos y hoy escribió en su blog sus impresiones sobre la idiosincrasia argentina. Este tipo de cosas pasan constantemente alrededor del mundo.

3 comentarios:

  1. Que grande Ceci! Un gustazo conocerte.
    PS: Me gustó mucho el librito de poemas.

    ResponderEliminar
  2. gracias! me alegra mucho. a mí también me dio gusto conocerlos!

    ResponderEliminar
  3. mis viejos son correntinos y hacen chipa. nosotros decimos chipa, no chipá. ja!

    ResponderEliminar