11.2.11

Para el fin de semana

Les dejo una novedad a los que hacen click aquí, y les dejo un poema a todos, porque me gustó mucho. Es del mexicano Hugo Garduño y pertenece al libro Luz Parda. Un libro hermoso que me regaló Ismael cuando anduve por tierras aztecas. Sean intensos, camaradas.



Reflejo

Así, como me siento tomo los objetos, sí,
de su punto suelto las palabras
y no miro más allá de lo que yo llamo algo,
y los pasos emparentan al recuerdo su cadencia. Mi mano
se halló a los matices demasiado acostumbrada, y no
no soplo nunca yo sin ganas, mi euforia sigue siendo grata intrusa
y todavía en zancos no aprendo a subirme.
Conozco bien las cuentas porque me acompañan.
De lejos o de cerca sé dónde situarme. Un comienzo infinito
yo lo entiendo sin desentrañarle. Me hartan los enigmas
pero los vivo, sereno, veo al destino sin señas y de reojo.
Entiendo mis razones y las considero en crisis:
Una copa un día para que encierre tantos Yo
en un despertar destrozado. Caminar adusto. No hay señales,
lo reconozco, camino en la nada.
Quizá llegue día tenue en que nada yo piense.
O un amanecer luminoso regodeará un día mi paso. Tan cerca
de lo no deseado sigo limando, limando.
Y que nunca se me extrañe porque puede ser descanso.
Exagero casi siempre, levedad desconozco.
Hoy tan lejos de no mirarme, pero di la vuelta.
Ni al tiempo ni en forma me he desperezado.
Recordaré a los necios cuando deje yo de serlo.
Y sigo dispuesto a embarcarme aunque nunca zarpe.
Arraigo mis pies al aire venido de rara procedencia.
Dejé un poco de licor abandonado sin saber en qué sitio.
Una mano tibia a mi mejilla fría olvidé que yo deseaba.
Un lago sin fondo me recuerda lo que yo nunca he de ver.
Muy de noche me he bebido en despilfarro mi sangre.
Muy cerca de lo lejos he estado siempre.
Y en el remolino que no para, para fincar tengo esperanza.
Y lo inútil sigue dando vueltas como un vigilante que se burla.

2 comentarios:

  1. Muy cerca de lo lejos he estado siempre.
    me kdo con esa frase,,te dejo aqui un poema de un grande

    Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
    me pesa haber tomádote tu pan;
    pero este pobre barro pensativo
    no es costra fermentada en tu costado:
    tú no tienes Marías que se van!

    Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
    hoy supieras ser Dios;
    pero tú, que estuviste siempre bien,
    no sientes nada de tu creación.
    Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

    Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
    como en un condenado,
    Dios mío, prenderás todas tus velas,
    y jugaremos con el viejo dado…
    Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
    del universo todo,
    surgirán las ojeras de la Muerte,
    como dos ases fúnebres de lodo.

    Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
    ya no podrás jugar, porque la Tierra
    es un dado roído y ya redondo
    a fuerza de rodar a la aventura,
    que no puede parar sino en un hueco,
    en el hueco de inmensa sepultura.
    -.....VAllejo . Dados Eternos

    ResponderEliminar
  2. hola, cecilia! precioso el poema...vamo ahí con esos últimos planes...

    ResponderEliminar